El radicalismo cerró el año con una multitudinaria cena: “Estamos trabajando para volver a ser gobierno”

El radicalismo cerró el año con una multitudinaria cena: “Estamos trabajando para volver a ser gobierno”

En La Plata, y con la participación de los principales dirigentes, el radicalismo de la provincia de Buenos Aires cerró el año con una multitudinaria cena, cuyos fondos recaudados serán destinados a la ampliación del Comité, donde se construirá una Casa de la Juventud y un Área de Comunicación.

“Estamos viviendo este presente y estamos pensando en el futuro porque hubo dirigentes que hace unos años se hicieron cargo de este partido, cuando el partido no tenía concejales en el Conurbano, cuando el radicalismo no tenía representación en la Legislatura, cuando el radicalismo tenía pocos intendentes, hubo una dirigencia que se hizo cargo de la UCR. Hubo una dirigencia que nos permitió militar a todos nosotros en un partido con la convicción de poder, que nuevamente quiere volver a ser gobierno”, señaló el presidente del partido, Maximiliano Abad, quien invitó a su antecesor a subir al escenario y dar unas palabras.

En este sentido, el ex vicegobernador agradeció a Abad y señaló: “Para todos nosotros es una alegría enorme. Por lo que pasó, por lo que se logró. Esto es una parte de lo que se viene. El radicalismo hizo bien las cosas. Hoy está de pie, está en marcha. Tenemos un partido con ganas, un candidato”.

Luego, Abad retomó la palabra y aseguró que éste “es un momento para poder reflexionar acerca de lo que ha ocurrido en el último año. Un año que ha comenzado con nuestra interna partidaria, un año del cual se produjo un hecho democrácito excepcional: 120 mil afiliados concurrieron a votar una nueva conducción provincial del partido, que lleva el mandato de construir un radicalismo moderno, un radicalismo dinámico, un radicalismo de poder, un radicalismo que sueña nuevamente con ser gobierno; que tiene el mandato de ampliar, consolidar y fortalecer nuestra coalición y el mandato de que, si no nos poníamos de acuerdo en las distintas expresiones de Juntos por el Cambio, no podíamos generar mecanismos de participación”.

“Y ahí estuvo la candidatura de Facundo Manes, que fue producto de la decisión de consolidar, ampliar y fortalecer Juntos por el Cambio, y esa decisión ayudó a consolidar el triunfo en la provincia de Buenos Aires. Le ganamos al kirchnerismo y es un hecho para celebrar, para festejar, para poner un punto de donde arrancar de cara al 2023”, añadió.

Por otra parte, Abad expresó que “la fortaleza de una coalición, también tiene que ver con la fortaleza de los partidos políticos. Por eso, nosotros estamos fortaleciendo nuestro partido. Por eso, estamos modernizando nuestro partido. Por eso, estamos construyendo empatía con la sociedad, tomando la agenda de los temas de los bonaerenses. Por eso, estamos trabajando para volver a ser gobierno en Argentina y la provincia de Buenos Aires”.

“Estamos convencidos que cuando hay mejor radicalismo, hay mejor sociedad. Si queremos una Argentina mejor y una Provincia mejor, tenemos que construir un radicalismo mejor. Eso forma parte de lo que tenemos que hacer todos los días los militantes de la Unión Cívica Radical. El radicalismo está llamado a liderar una revolución ética y moral, científica, tecnológica y educativa. Está llamado a construir una bisagra frente a la decadencia y colocarnos en una Argentina del futuro, la prosperidad y del progreso. Esa Argentina tenemos que construirla nosotros, desde la centralidad de la UCR, con un partido que no descansa, que proyecta, que construye sueños, que entiende que la unidad es estratégica para ser la alternativa en la Argentina”, aseveró el presidente del Comité Provincia.

En esta línea, y en alusión a la interna que se vive dentro del partido, apuntó: “Debilitar o quebrar a la UCR y a Juntos es ser funcional al kirchnerismo que gobierna la Argentina. Queremos un partido unido, una dirigencia que trabaja codo a codo, no queremos especuladores en la UCR, no queremos funcionales al kirchnerismo. Queremos un partido de hombres y mujeres hechos y derechos, porque tenemos que honrar la memoria de Alem en su lucha contra el régimen conservador; la de Arturo Illia en la transparencia de sus actos de gobierno; la de Ricardo Balbín en su lucha por la libertades públicas y los derechos individuales; la de la Franja Morada en su lucha por la reforma universitaria; y la de Raúl Alfonsín, que nos devolvió la democracia para siempre y la lucha de los que creen en la alternancia”.

“A trabajar con toda la fuerza, por esa Argentina, por nuestros sueños, todos juntos. El futuro va a ser nuestro. ¡Adelante radicales, adelante sin cesar!”, cerró Abad.

El problema de los datos

El problema de los datos

Por Diego Julio Martínez, consejero General de Cultura y Educación de la PBA

En estos días hemos sido protagonistas de un intenso debate público alrededor de los resultados de las pruebas ERCE de UNESCO. Para la Argentina el deterioro de los resultados en estas evaluaciones es un recorrido por los años 1997/2006/2012/2019 que preocupa, no sorprende, y exige soluciones.

Las pruebas estandarizadas son una herramienta muy útil para comparar, un dato duro que permite tomar dimensión del nivel de aprendizaje de los alumnos. El resultado de estas pruebas no profundiza acerca de cómo se enseña, ni describe las condiciones en que se desarrolla la actividad educativa en cada establecimiento, para tener en cuenta estos aspectos se requieren evaluaciones cualitativas que contemplen esas circunstancias.

Por lo tanto y como primera conclusión no hay ningún tipo de incompatibilidad entre ambos tipos de evaluaciones, de hecho un ministro responsable, con los resultados de pruebas estandarizadas sobre su escritorio, en vez de buscar culpables debería proponer esquemas de trabajo que promuevan el estudio más profundo acerca de qué le pasa al sistema educativo argentino.

La racionalidad no es compatible con el populismo, la reacción de las autoridades educativas fue buscar un “culpable” en este caso el presidente Macri, que por supuesto no es lo mismo que la búsqueda de la verdad. Las pruebas ERCE no miden gestiones de gobierno, interpelan al sistema educativo, son intertemporales con ejecuciones cada 6 o 7 años, y están estipuladas en torno a la idea de ciclo lectivo, si bien como argumenta Mónica Marquina https://www.nuevospapeles.com/nota/los-resultados-de-las-pruebas-educativas-unesco , las
comparaciones entre las pruebas ERCE no son fáciles, hay una conclusión contundente: la posición de Argentina en torno al promedio ha desmejorado, razón más que suficiente para valorar el dato, explorar alternativas y comenzar a trabajar.

Otro inconveniente que se incorpora al análisis es el de la inversión educativa, es muy interesante lo que sucede al respecto. Mis colegas que adhieren al kirchnerismo educativo tienen una grave contradicción en este punto, en términos generales rechazan las pruebas estandarizadas, sin embargo son fanáticos del dato duro presupuestario, repasemos:

1. No hay una correlación directa entre inversión educativa y resultados. Argentina es una buena muestra al respecto, desde la sanción de la Ley de financiamiento educativo en 2005 hasta la actualidad, los resultados en las pruebas internacionales y en Aprender ponen en debate esa correlación.

2. ¿Cómo medir la inversión educativa? Para dimensionar la inversión en el sistema obligatorio, la mirada focalizada y precisa debe ubicarse sobre las 24 jurisdicciones que tienen a cargo las escuelas. El fallo de la Corte Suprema de Justicia que obligó al Poder Ejecutivo Nacional devolver en 2016 el 15% de la coparticipación a las jurisdicciones explica el cambio presupuestario, con más fondos a las provincias por esta vía y disminución de los programas nacionales del MEN.

3. El análisis de los datos en las provincias y en CABA debe contemplar alguna otra consideración sobre la inversión. Las actuales restricciones económicas del país ameritan este punto, es importante mantener, desarrollar y expandir servicios, ahora bien, no todos son estratégicos ni prioritarios. La sábana corta del presupuesto requiere definir prioridades por nivel educativo, modalidad e incluso cuestiones sobre infraestructura. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40% de la matrícula de los tres niveles
educativos obligatorios, la inversión en salarios supera en promedio durante los últimos diez años el 95% del presupuesto educativo. El análisis de la inversión se concentra exclusivamente en la pauta salariar de cada año, resultando esta única variable insuficiente para revertir resultados.

La conversación sobre el problema educativo requiere de mejores modales, apertura y comprensión de la importancia del tema en el marco de un verdadero diálogo. En la presentación de las pruebas Aprender 2021, el Ministerio de Educación subestimó la importancia de las mismas e inclusive en la presentación las adjetivan diciendo “que el 1 de diciembre se aplicará en todas las escuelas primarias del país la evaluación estandarizada
Aprender 2021.”

Los desafíos educativos del país son parte de ese profundo debate que nos debemos como sociedad, ¿queremos integrarnos al mundo o queremos discutir al mundo? Estoy convencido que el plan que requieren nuestros alumnos es global, para que sus aprendizajes les permitan ser protagonistas activos del progreso, con inserción y articulación de nuestro sistema educativo. Es necesario entender dónde estamos para revertir la decadencia.

La otra opción es discutir las pruebas, denunciar el capitalismo global y realizar evaluaciones educativas comparadas con los pueblos bolivarianos (Bolivia, Venezuela y Nicaragua). Bienvenidos a este nuevo debate en el cual es indispensable sincerar nuestras posiciones.